Por sueldo, precariedad, duración y tasa de paro, la mujer padece más las injusticias en el mercado laboral. De hecho, según el informe 'Género y desigualdad laboral: La brecha salarial como indicador agregado', casi un 40% de las mujeres trabaja en aquellos sectores en los que la caída de la remuneración de los asalariados ha sido mayor durante la pandemia.
Este
hecho no responde a algo que se pueda contestar. No puede atribuirse a diferencias en capital humano ya que las mujeres que
trabajan tienen, en términos agregados, un mayor nivel de formación que los
hombres.
Por este motivo es tan importante fomentar la presencia de mujeres en las plantillas y
al tiempo la propia igualdad.
Detallo a continuación, varios ejemplos y buenas
prácticas de igualdad de género en las Administraciones Públicas:
Ø Un ejemplo de cómo
hacer bien las cosas en las Administraciones Públicas, sería la experiencia de aprendizaje para empleados
públicos en la que estamos inmersos y que lleva acabo el Instituto
Nacional de Administración Pública. Ya no sólo por la materia sino por el método,
pues al basar sus actividades en la participación, el enfoque crítico y la
interacción, hacen que aprendas haciendo y por tanto, interiorices los
conceptos de una mamera más útil y duradera. Este estilo de aprendizaje, unido
a la utilización de diferentes redes y foros de debate o encuentro, la
convierten en una metodología muy dinámica.
Ø Una buena práctica
adicional para eliminar la brecha entre hombres y mujeres sería una gestión de
reclutamiento y selección de manera igualitaria en lo que compete a los
Recursos Humanos. Si se incluye la igualdad de oportunidades entre mujeres y
hombres en los procedimientos de selección, se garantizan las mismas
oportunidades para las mujeres y para los hombres en el acceso a un puesto de
trabajo y se impide que la presencia tanto de unos como de otras se vea
limitada. Así, la Administración, tendría más posibilidades de contar con
perfiles más competentes no sujetos a estereotipos de género. Por otro lado, la
igualdad de oportunidades en los procesos de promoción posibilita una
participación equilibrada entre los hombres y las mujeres permitiendo un
desarrollo profesional de la plantilla en todas las unidades, puestos de
trabajo y categorías profesionales independientemente del sexo de la persona.
Ø Otro ejemplo de cómo trabajar en este sentido, sería la creación del Observatorio de Igualdad de Género en RENFE para potenciar la presencia femenina (compañía que por historia ha sido tradicionalmente masculina)
Estos serían varios ejemplos de buenas prácticas en la
Administración para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres pero este
trabajo de concienciación cultural y sensibilización, empieza en los ámbitos
domésticos en los cuales no podemos ser condescendientes con determinados comportamientos,
por lo que propongo varias acciones cotidianas que promueven la igualdad de
género: Involucrar a los padres en las labores domésticas y la crianza de los
hijos de manera igualitaria, reprender actitudes machistas en contextos domésticos,
tolerancia cero con el acoso sexual, dividir las tareas en un ámbito familiar o
utilizar lenguaje no sexista e inclusivo.
¡Con
esfuerzo y dedicación, conseguiremos que la igualdad de género no esté en el
mundo de las ideas de Platón, sino en el mundo de las cosas!
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